Hacer sencillo lo difícil, disfrutar al máximo de principio a fin, casarse como uno desea y no como dictan las tradiciones o las modas. Con esas máximas, una joven pareja australiana decidió cruzar el mundo y celebrar su gran día en Cadaqués (Girona) un lunes, en compañía de su familia y amigos más cercanos.
Steve y Kelly eligieron Cadaqués por ser una romántica villa marítima impregnada por el genio de Dalí. Y al igual que tenían claro el escenario para su boda marinera, también estaban seguros de que necesitaban un auténtico fotógrafo "Fearless" para documentar su historia. Así contactaron con Arteextremeño, y la química entre fotógrafos y novios hizo el resto.
Llegamos a Cadaqués el domingo, día antes de la ceremonia. Tras deleitarnos con un largo paseo por el pueblo quedamos para conocer por fin en persona a Steve y Kelly. Las buenas vibraciones de los contactos telefónicos previos se amplificaron. Nos contaron su historia, nos explicaron cómo la boda se había tenido que posponer por problemas familiares y personales. También nos explicaron que la familia materna de la novia era de origen indio, y que una de sus hermanas no podía asistir y por ello harían una videoconferencia durante la ceremonia.
Tras descansar nos preparamos para el gran día. Todo empezó con un brunch en la cafetería Blau Bar. Allí, en un ambiente distendido, los invitados se intercambiaron regalos y los novios dieron un emotivo discurso. Tras cargar energías para el largo día que se presentaba, novios, invitados –y fotógrafos- nos retiramos a descansar un par de horas.
Los preparativos tuvieron lugar en la peluquería Miralls y en el Hotel Tramuntana, minimalista y acogedor. El ambiente fue distendido e informal de principio a fin. Mientras el novio brindaba con su padre, su suegro, su hermano y su mejor amigo (vestidos a juego) la novia ultimaba el maquillaje y comía fruta con sus hermanas.
La iglesia de Santa María, que parece proteger desde lo alto la villa de Cadaqués, acogió una breve pero emotiva ceremonia religiosa amenizada por un bohemio guitarrista italiano que hizo bailar a los asistentes.
Después, un breve paseo por las calles céntricas de la incomparable ciudad catalana fue suficiente para tomar algunas imágenes de la pareja recién casada.
La comitiva se desplazó a continuación al restaurante Es Balconet, donde disfrutaron de especialidades marineras. Entre plato y plato, y como es tradición en las bodas anglosajonas, varios invitados dieron discursos que arrancaron lágrimas y carcajadas a partes iguales.
El baile, tras el cambio de vestido de la novia, se celebró en la discoteca La Frontera. Niños y adultos celebraron hasta altas horas de la madrugada el “sí quiero” de Steve y Kelly.
Para nosotros fue un tremendo orgullo poder documentar una boda original y cargada de amor transfronterizo.
Big koala hugs from spain!
