Jamás olvidaré este momento

Jamás olvidaré este momento

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Estoy en un rincón del claustro, casi imperceptible, observando cómo Sharnice aparece vestida de novia ante su padre y su hermano. Las emociones se materializan poco a poco, y mi tarea es capturar el momento sin interrumpir la magia.

La luz de la mañana se filtra a través de los arcos de piedra, iluminando las expresiones de los hombres que tanto la quieren. Ellos no me notan; sólo existe ella.

El padre, en un gesto muy rápido, se lleva la mano al rostro, tratando de contener las lágrimas que asoman en sus ojos. El amor y el orgullo se mezclan en su expresión. Puedo ver cómo su mente recorre cada recuerdo, desde la niñez hasta este instante crucial. Su traje oscuro y la corbata hablan de su firmeza, pero sus emociones lo hacen vulnerable.

El hermano, de pie junto a él, no puede evitar sonreír mientras también limpia una lágrima que se escapa. Sus ojos brillan con una mezcla de alegría y nostalgia. Quizás piensa en todas las travesuras compartidas y en los momentos de complicidad. Seguramente siente que ya nada volverá a ser igual. Su traje, casi idéntico al de su padre, refleja la conexión familiar.

La figura de Sharnice, de espaldas a mí, es el pilar de la imagen. Su vestido de novia cae en suaves pliegues, y el velo añade un toque mágico a la escena. Desde mi posición, capturo todo sin ser visto. El entorno crea un marco perfecto. Los arcos de piedra y la luz natural forman una atmósfera casi sagrada, un espacio donde las emociones fluyen libremente.

Estoy presente pero invisible. Cada detalle es importante, y sé que tengo una sola oportunidad para capturar la imagen perfecta. Todo se reduce a un clic en el momento adecuado... !Ahora¡ El disparo de la cámara es discreto, pero eterno.

En ese instante, el amor y la conexión entre padre, hijo y hermana quedan expuestos de una manera invaluable y para siempre en una de mis fotografías. Será mi regalo por permitirme sentir todas esas emociones junto a ellos.